martes, febrero 21, 2012

Viviendo la mentira

He venido pensando hace mucho tiempo en este blog.  He venido pensando que si es que las arterias tuvieran jalea de espinos sería todavía más doloroso vivir.  He venido pensando que los espejos son instrumentos sin piedad, que carecen del más mínimo control de calidad.  He venido pensando que la seriedad está sobrevalorada y el humor también.  He venido pensando que tal vez el único camino es seguir viviendo la mentira que vivimos en el día a día.

Y aquí va.  Yo sé, una de mis tantas anécdotas.  Esta vez es con Fruly, mi perro robot que tenía un motor de frunas.  El mejor nombre tal vez debía haber sido Fruni, pero la verdad con el parecido al apellido de la primera dama francesa, quisimos evitar demandas.

Bueno y es que Fruly me acompañaba siempre.  Lo que pasa es que nunca les he contado una historia de él porque solamente lo tuve 3 días.  Pero siempre me acompañaba, hasta que me dijeron : Fruly puede nadar? Y yo les dije que no, entonces me dijeron Vampiro Maricón - lo metí a una pecera y bueno, Lasaña, mi piraña favorita, porque la compré en Italia, se lo comió.

Pero volvamos a la historia.  Yo estaba con mi walkman paseando por las tranquilas y sucias calles de Transilvania.  Hacía frío, y la verdad es que no la estaba pasando muy bien.  Entonces decidí que de ahora en adelante iba a darle la vuelta a mi vida, lo que los humanos llaman un giro de ciento ochenta grados.  Y como yo siempre he sido generoso lo iba a hacer de por lo menos 4.000 grados (o más!)... si al final los grados son infinitos, y nadie vende, entonces son míos. Míooooossssssssss huahahahaah.  Mm, ok.  Me emocioné.

Hacía frío y salía de lo que sería la experiencia fascinante número cuatrocientos veintiocho de mi vida.  Y eso que no les cuento de cuando me encontré con el rey de la cumbia en Panamá.  Ese sí que es chistoso.  Es más, si es que están leyendo esto ahora, y se acaban de dar cuenta de que acabaron de perder 5 minutos de su vida.  Sí, de su mísera, gloriosa, apestosa y complicada vida.  Entonces nada.  Los perdieron.  Así como yo perdí mis 4.000 grados, Uds. 5 minutos.  Sale como a 8 sucres el grado por minuto.  O algo así.  Nunca fui bueno para los números.  O sea nunca fui bueno para nada.  Bueno menos para el nado sincronizado.  Pero después de que ahogaron a Fruly, preferí no seguir.

Hacía frío, y eso sí lo acepto, estaba cagado de miedo.  Básicamente porque me acababa de ganar la lotería.  Eran casi 50 millones de gárgolas congeladas (la moneda de la época) y yo era el único ganador.  Estaba emocionado también.  Imagínense, tres emociones al mismo tiempo, más los 4.000 grados que le iba a dar de vuelta a mi vida.  Era para publicarlo.  O no?

Y entonces se acerca Sandokan, mi perro fiel.  Les conté de Sandokan? Bueno.  Fue un hijo de puta.  Nunca lo quise.  Lo compré en una barata de ratas usadas y lo convertí en perro siguiendo unas instrucciones que encontré en un avión de armar.  Bueno Sandokan me dice, sé que vas a darle un giro a tu vida, de 3.500 grados, y además que tienes frío? Y entonces a mí me hierve la sangre cuando me cambian los números, porque yo siempre fui el mejor para los números.  Y entonces le digo Sandokan vete al infierno de las ratas usadas y el me dice que no, y yo que sí, y entonces lo atropella el metro y ahí se muere.

Y yo tratando de darle a mi vida el vuelco de los 4000 grados - incluso tenía un contador, para que monitoree cuántos grados cambiaba yo mi vida y estaba feliz también.  Y de pronto me topo con un largavistas que estaba en un basurero.  Y obviamente lo levanto, lo limpio, Fruly busca que no hayan micrófonos ni sensores ocultos y me lo pasa.  Lo manipulo para poder ver otras dimensiones, y me doy cuenta de que toda mi gente alrededor vive en una cama de mentiras.  Me doy cuenta de que lo que hago todos los días no es sino maniatar las mentiras que mis superiores cultivaron, me doy cuenta de que el cielo ahora gris puede ser azul más arriba, pero las nubes las sigo tejiendo con mi complicidad.  Me doy cuenta de que efectivamente, los grados de vuelta que le podía dar a mi vida podían ser tantos que no me iba a dar cuenta si es que volvía a empezaba a terminar.  Me doy cuenta, en ese preciso instante, que darle brincos a mi de por sí desaburrida vida va a ser un completo error.

Mejor ahogo polillas, que son lo único que no escupe hipocresía.  O uds. creían que después de desperdiciar 10 minutos de su vida iban a salir con un final feliz? -

Wiz

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Wiz, que palabras mas acordes a este día de mierda que tengo hoy, claro felicidad sobrevalorada....contestando el teléfono....ya volví, decía que me siempre me ha valido verga lo que escribes, pero que tienes la bola de razón, me voy a la mierda chau...

PD: que te coman la pichula 5 malanuevas drogadas y vestidas de tortuga ninja.

Anónimo dijo...

Wiz, que palabras mas acordes a este día de mierda que tengo hoy, claro felicidad sobrevalorada....contestando el teléfono....ya volví, decía que me siempre me ha valido verga lo que escribes, pero que tienes la bola de razón, me voy a la mierda chau...

PD: que te coman la pichula 5 malanuevas drogadas y vestidas de tortuga ninja.