lunes, enero 31, 2005

Las flores

Acabo de recibir una tarjeta electrónica. De esas que te mandan cuando estás en otro país la gente que no quiere gastar plata ni tiempo en escribirte un mail ni peor enviarte una postal. De esas que ni siquiera te dejan pensar porque te adaptas tanto a la situación que te acoplas para identificarte con palabras como "Te amo, déjame pensar en otro", o "Por qué si soy tan rica te la pasas viendo el culo de mi hermana"? o la siempre tan conocida "Eres única, puedes irte ?". Bueno de esas.

Yo no mando tarjetas electrónicas.

Y han visto esos regalos estrambóticos de San Valentín? Esos de cientos de lazos, cuchicuchis y peinetas. Espejos, tronadores, castillos y vainillas. Helados-chocolates-milsabores. Ahora las cosas son diferentes en la tierra. Yo recuerdo cuando me regalaban uno, dos hamsters recién muertos, sus vientres abiertos entre pelos y sangre, sus expresiones de dolor que me dejaban congelado. Sintiendo la adrenalina de estar vivo... ejem... muerto, pero pasándola bien. Eso me gustaba. Y me mandan tarjetitas electrónicas. Yo les voy a mandar una, mil, de esas que digan "Dame adrenalina, estoy muerto", ó "Si fueras licuadora sería tu hélice ensangrentada" ó la siempre útil "Para qué bates los huevos si me gusta el techno".

Prefiero las flores.

de nuevo viajando

En realidad yo debería ya tener un sitio web. www.naftampiro.com. Me gustaría tener links a rent-a-nun punto com, hamsterlandia y naftamporium. pero como me muevo tanto, no tengo una central de operaciones. Tampoco tengo el tiempo para crear un diseño. Y pensar que tengo un par de amigos expertos en usabilidad web (esa rama confusa de arquitectura web que entro en boga cuando las puntocom tenían plata para solventar aquel trabajo inutil. Una empresa de aquellas que ya quebró empleaban a 4 personas en el departamente de arquitectura web, y solo una de ellas sabía HTML. Que tiempos locos eran aquellos cuando nacía el milenio)

Por eso lo que tengo es blogs, y espero no haber perdido todo lo que escribí en ebloggy. No quiero explicar todo de nuevo. Odio repetir. Pero vamos a lo nuestro.

Estoy de viaje de nuevo. Conocen aquellos sistemas satelitales en los aviones para conectarse a internet? Con esos se permite revisar correos electrónicos y acceder a un navegador. Así puedo revisar los sitios que más me gustan: el centro de censos y estadísticas del Congo Belga, pornografía de animales de granja (a veces también meten a un mono simpático), el periódico amarillista de Yankton (un pueblo en Dakota del Sur), la guía de telefonos de Hong Kong (me gusta ver cuanta gente de apellido Roberto hay en la ciudad), sitios dedicados a vampirología aplicada (a la medicina y a la química general. El Dr. Klaus Quiñonez en Manabí tiene artículos interesantes, y también mi amigo Darius L'Huille), y también me gusta ver guias turísticas de los lugares a los que me dirijo. Todo eso, ahora, gracias a las nuevas tecnologías, se puede hacer desde un avión. Desafortunadamente yo no estoy en un avión. Estoy en Atlanta

Se suponía que anteayer debía salir de Atlanta a Miami para tomar de ahí un vuelo a Venezuela (me antojé de Arepas, ¿a Ustedes no les pasa nunca? Porque Nichola's en Venezuela tiene arepas buenísimas) Pero el aereopuerto de Atlante se cerró por tormentas de nieve. Si pudiera rentar monjas en ese aereopuerto, no lo hubieran cerrado. Ahí me quede, hablando con un Guayaquileño que esperaba para volar a su ciudad natal. Nuestra conversación fue bastante productiva. Nos dimos cuenta que la prensa no sabe manejar estas situaciones. Lo único que nos informaba CNN y el Weather Channel era que había una tormenta de nieve (por si alguno estaba recluso en un cuarto sin ventanas que no se había enterado) y repetían que no salgan de sus casas ni programen viajes. Es lo peor que le pueden decir a alguien que ya esperó varias horas en el aereopuerto.

El caso es que tipo 4 am comenzaron a salir vuelos y abrieron el aereopuerto para que entre y salga gente con mayor libertad. Yo me fuí, tenia sed. Sed de cerveza y algo de sangre (con o sin pus, a estas alturas daba lo mismo). Y acabo de volver al aereopuerto a seguir mi viaje. A Venezuela, donde la cerveza es fría y las mujeres calientes.

sábado, enero 29, 2005

Nueva casa

Bueno,
Aquí estoy de nuevo, luego de un ataque de migranol y trioval que hizo que mis manos se pongan cuasi-catársicas, mi presión baje hasta quedarme blanco como fantasma y vea todo en background. Aquí, estoy. Estoy, aquí.

Tengo ahora una nueva casa. Se llama naftampiro.blogspot.com ya que mi casa antigua tenía algunos problemillas de estabilidad. O sea, no era estable. Porque si hubiera sido estable, o sea no me cambiaba. Uno se cambia cuando las cosas no son estables. Por eso me cambio. Me cambio o sea por eso.

Tengo muchas cosas para contarles, como de cuando me compraba mis botas vaqueras para salir a cazar cocodrilos en Dublín y que al quinto par, todos de la misma talla, pensé que el sexto, de la misma talla, era el que me quedaba mejor. O de la vez que creí que tenía motas de color púrpura en los pies pero eran las huellas de las quemaduras de cigarro que me hizo mi abuelita mientras tejía unos manteles para la elección de reina de Transilvania. Tengo muchas anécdotas de esa elección, como la vez que la Reina tuvo que follarse al hamster más hereditario de todo el reino porque necesitaba no sentirse sola y se tuvo que además comer a su mejor amigo vivo con ensalada de frutas. O de aquella ocasión en la que saliendo del cine me agarraron del cine saliendo mientras contaba mis anécdotas y me mandaron a callar y a escribir la historia de mi vida nada más para divertir a los bufones del rey mientras se comía 4 hamsters con píldoras anticonceptivas molidas y 10.000 deseos frustrados de felicidad perpetua, en vez de 4.500 helados de vainilla y galletas Amor y momentos simples y waffles.

Bueno, espero que les guste esta nueva casa y que ojalá no tenga que mudarme de nuevo. En todo caso ya estoy a salvo de las polillas entrenadas que mandaron a matarme. Creo...

Yo.

Wizzzz