lunes, enero 31, 2005

de nuevo viajando

En realidad yo debería ya tener un sitio web. www.naftampiro.com. Me gustaría tener links a rent-a-nun punto com, hamsterlandia y naftamporium. pero como me muevo tanto, no tengo una central de operaciones. Tampoco tengo el tiempo para crear un diseño. Y pensar que tengo un par de amigos expertos en usabilidad web (esa rama confusa de arquitectura web que entro en boga cuando las puntocom tenían plata para solventar aquel trabajo inutil. Una empresa de aquellas que ya quebró empleaban a 4 personas en el departamente de arquitectura web, y solo una de ellas sabía HTML. Que tiempos locos eran aquellos cuando nacía el milenio)

Por eso lo que tengo es blogs, y espero no haber perdido todo lo que escribí en ebloggy. No quiero explicar todo de nuevo. Odio repetir. Pero vamos a lo nuestro.

Estoy de viaje de nuevo. Conocen aquellos sistemas satelitales en los aviones para conectarse a internet? Con esos se permite revisar correos electrónicos y acceder a un navegador. Así puedo revisar los sitios que más me gustan: el centro de censos y estadísticas del Congo Belga, pornografía de animales de granja (a veces también meten a un mono simpático), el periódico amarillista de Yankton (un pueblo en Dakota del Sur), la guía de telefonos de Hong Kong (me gusta ver cuanta gente de apellido Roberto hay en la ciudad), sitios dedicados a vampirología aplicada (a la medicina y a la química general. El Dr. Klaus Quiñonez en Manabí tiene artículos interesantes, y también mi amigo Darius L'Huille), y también me gusta ver guias turísticas de los lugares a los que me dirijo. Todo eso, ahora, gracias a las nuevas tecnologías, se puede hacer desde un avión. Desafortunadamente yo no estoy en un avión. Estoy en Atlanta

Se suponía que anteayer debía salir de Atlanta a Miami para tomar de ahí un vuelo a Venezuela (me antojé de Arepas, ¿a Ustedes no les pasa nunca? Porque Nichola's en Venezuela tiene arepas buenísimas) Pero el aereopuerto de Atlante se cerró por tormentas de nieve. Si pudiera rentar monjas en ese aereopuerto, no lo hubieran cerrado. Ahí me quede, hablando con un Guayaquileño que esperaba para volar a su ciudad natal. Nuestra conversación fue bastante productiva. Nos dimos cuenta que la prensa no sabe manejar estas situaciones. Lo único que nos informaba CNN y el Weather Channel era que había una tormenta de nieve (por si alguno estaba recluso en un cuarto sin ventanas que no se había enterado) y repetían que no salgan de sus casas ni programen viajes. Es lo peor que le pueden decir a alguien que ya esperó varias horas en el aereopuerto.

El caso es que tipo 4 am comenzaron a salir vuelos y abrieron el aereopuerto para que entre y salga gente con mayor libertad. Yo me fuí, tenia sed. Sed de cerveza y algo de sangre (con o sin pus, a estas alturas daba lo mismo). Y acabo de volver al aereopuerto a seguir mi viaje. A Venezuela, donde la cerveza es fría y las mujeres calientes.

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