martes, septiembre 13, 2005

Divagaciones Invernales que Esperan la Primavera

La vida es cíclica, como las estaciones del año; y esto es más notorio cuando uno vive eternamente. A veces uno está en un invierno eterno. Entonces todo es gris y te la pasas escupiéndole a la gente, gritándoles: “¡No te gustaba la lluvia, Zopenco!”, o tirando cubos de hielo desde la ventana en tu departamento en el decimotercero piso, porque el imbécil de tu primo Westimburgo dañó la máquina de hacer nieve. Igual no entra en mi departamento.

Otras veces es el otoño emocional el que no parece terminar. Como aquella vez en un burdel de Alemania que me hizo pensar en pisar hojas secas. Eso, a su vez, me hizo pensar en hojas secas. Me gustan las hojas secas… me hacen pensar en burdeles centroeuropeos.

El veranos es un poco mejor, pero solo me ciento en verano cuando estoy sudando copiosamente. Eso pasa varias veces, pero sobre todo cuando estoy estreñido, y esos no son los olores del verano.

Lo mejor es la primavera. Es tan fácil enamorarse y luego decir “no, fue solo una aventurilla primaveral” o “en el verano siempre hacen descuentos de abortos, dos por uno, puedes ir con tu hermana, a quien también me follé”

Pero no siempre es bueno andar enamorado. Uno comete los peores errores. Como aquella vez que conocí a Sacandra. Llegó a mi vida como llegan los carteros: la perseguía un perro y tenía una bolsa llena de cosas inútiles.

La rescaté con facilidad. Resultó que no era un perro que la seguía si no un hámster gordo que solo quería cariño. Esa misma tarde invité a Sacandra a tomar helados de sabores extraños. Me enamoré instantáneamente cuando me preguntó mi posición sexual favorita. Le respondí con honestidad: “el 68: tu me pegas un mame y yo te debo una”.

Poco sabía yo ese día que salir con Sacandra sería el camino más rápido a que empiece a pegarle a las mujeres. Y aún cuando me di cuenta que no era muy buena para mí, seguía siendo mejor compañía que mis revistas pornográficas: Abuelas Cachondas, Ls Aventuras del Señor Chanfle, Caliche, Embarazadas Parapléjicas, Matrimonio Transexual, Orgía Granjera y Resumen Cristiano Mensual.

Luego de varios años de encuentros pasionales y peleas apasionadas, nos separamos definitivamente cuando trató de matarme con un hacha. No le funcionó, pero esa es otra historia. En resumen, me salvó un amigo que venía llegando del Congo Ecuatorial y me traía 19 cocos de regalo.

La primavera es hermosa porque uno se enamora siempre. Eso y me vienen alergias. Hoy por hoy, ya no distingo una de la otra. No importa. Mis alergias son distintas. Yo no estornudo, me viene un ataque del síndrome de Tourette. Así, camino por las calles, se me tapa la nariz y comienzo a gritar “¡Mámame la verga, mámame la verga!” ¿Ven? Igualito a enamorarse.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Mira que buen blog tienes. Cuando tengo hambre miro a mis niños y leo blogs