martes, marzo 21, 2006

volviendo

Tanto tiempo que no he escrito. Me vale un culo. No asumí un compromiso con Uds. y si Uds. lo asumieron conmigo, bueno, ojó. Cada uno hace con su culo lo que se le canta, bueno mi culo no canta, pero una vez ví un transformista en Marrakesh que lo hacía, y bueno, de ahí el dicho, hueles a culo jugado fútbol, ó haz lo que se te cante el culo.

Han pasado muchas cosas en mi vida. Dos dálmatas, siete ovejeros y un desfile de militares de todos los países que enarbolabaa una bandera gigante que decía "queremos guerra, sino nos aburrimos como ostras"... y al final una monja con un estandarte "no es que estaba encinta, sino que comí mucho marisco".

Los hámsters siguen iguales, pequeños, lisos y clandestinos, como guantes de terciopelo con patitas que me imploran que los folle sin cesar, y yo les digo, que aquí César no vive, pero que pregunten abajo, por si no me creen.

Me compré una tele blanco y negro. Esa es la principal novedad de estos meses. Se demora en prender y hace fuegos artificiales al apagarse. No tiene canales, porque en Transilvania solamente hay cable, y claro cuando al tipo de la tienda la pregunté si tiene cable y me dijo "claro, y esta diuca para vos", entonces entendí que no iba a tener cable. Entonces dije, juego Playstation III en escala de grises, "difumino el mundo con mi joystick", y claro pospusieron su salida y me cagué en tres tiempos. 1, 2, 3. Lo que me cantó el culo, en estrofas.

Al lado de la tele puse una pecera, dicen que es buena para el stress. A mí no me resulta mucho porque cuando quiero estressarme la veo y a veces me meo en ella, pero aparte de olor a pescadito con úrea muerto, no me stresso ni una mierda. Creo que voy a devolver la puta pecera, y la tele también, por si acaso. No vino ni con control la mierda, la pecera digo, los pescaditos cuando mueren se ponen a flotar y me cagan la competencia que suelo hacer los sábados para cronometrar quien aguanta más tiempo la respiración en mi pecera. Un amigo se aguantó siete minutos y medio. Yo le dije que estaba loco, pero luego me dijo que él también tenía una pecera, pero con una tele a color, y que eso ayuda. Yo le dije que en serio se haga ver, y me dijo, fui a ver al oculista, y qué te dijo, le pregunté, "que me ve muy bien". Y claro después de ese diagnóstico, para qué voy a volver. Tal cual. Para qué va a volver. Si tu oftalmólogo te dice "te veo muy bien", seguro se está proyectando y eso quiere decir que ves bien vos también, o que él quiere que veas bien, la tele, la pecera o el desfile.

A veces dejo de escribir. Es que como ven ando demasiado ocupado. Dicen que van a retomar el tema del metro en Transilvania. Yo a veces estoy a favor y otras en contra. Hubo una semana que incluso fue dirigente de las dos comisiones al mismo tiempo. Era divertido, habían muchas reuniones, votaciones y hasta órdenes del día. Yo empezaba las reuniones siempre con alguna canción de los PetShop o BonJovi. Por eso me echaron, no porque estaba en las dos comisiones. Al final se hace el metro me informaron. Yo firmé no más, pero para que me devuelvan mis discos.

También fui a dar serenos. Me disfracé de mariachi, me colgué una anaconda en el hombro y salí por Tijuana una noche. La anaconda duró menos que lo que dura una trucha en una fuente llena de pirañas intelectuales. Muere de aburrimiento. Es como jugar al Club del libro con siete putas. Los serenos no son lo mío, aunque la guitarra es buena para guardar los peces que se ponen negros en la pecera. Muerte marina a la mexicana. Hice una exposición y el curador vomitó dieciocho veces. Es arte, le dije, y si tanto le molestan haga lo que se le cante el culo. Y lo volé en mil pedazos con la tele. Ahora no tengo tele y mi guitarra está vacía, pero la pecera sigue ahí, con mis pescaditos flotando muertos y yo digo, me dejarán poner peceras en el metro?

Wiz

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