Hablan las Paredes

Me di una vuelta por Pompeya. Extrañamente, nunca había estado. Alguno diríia que disfruto de otro ejemplo de las ruinas de la sociedad humana, y otros aún que me excita la muerte. Ambos tendrían razón, y si conversáramos los tres les sacaría la mugre a gopes por tener tanta razón. Claro que les mentiría con eso de que les pegué porque me prejuzgaron o algo así. Pero nunca antes se me había ocuurido visitar Pompeya. Nunca me atrajo. Es que lo que me atrae de la muerte es el momento del hecho, y la desgracia de la sociedad se puede ver en cualquier ciudad grande del globo. ¿Han visitado Santiago o Buenos Aires ultimamente? Por otro lado, ¿por qué querría ver como era el imperio antes de caerse? En estos mismos días puedo viajar a Estados Unidos y presenciar la misma decadencia del nuevo imperialismo gringo; la nueva Babilonia.

Ahora fuí porque tenía un poco de tiempo y me sobraba la plata...., bueno, la verdad es que fuí siguiendo un culo. Típica mujer latina, con su cuerpecito apretado y piel café con leche. Nos conocimos en Roma, y como no la pude conquistar, decidí seguirla a Pompeya. Bueno, la seguí después de follarme a su vieja y a su hermana paraplégica.

En Pompeya le perdí el encanto a la chica, que era un poco lesbiana, y me dediqué al turismo. Es una ciudad interesante, llena de grafritis. Ya había oido de los muros de Pompeya, pero no me imaginaba tanta ridiculez escrita. Uno decía: Suspirium puellarum Celadus thraex, o algo así como Celadus el Tracio hace suspirar a las chicas. En otro, una prostituta se ofrecía por el precio de dos ases. La experiencia me recordó a todos los graffiti que leí en mi vida. Los mejores que recuerdo, el de Kent State University, el 95. Eran los 25 años de las protestas por la guerra de Viet Nam, que dejaron un saldo de un edificio incinerado y cuatro estudiantes muertos por la guardia nacional. El graffiti leía:

National Guard: 4
Hippies: 0

El otro que recuerdo fue en Quito, por el 2000 o 2001. Sé que lo deben haber escrito en algún otro lugar (los quiteños no son tán originales) y decía: "Ahora que encontré las respuestas, me cambian las preguntas" Claro, es como cuando yo encontré a mi novia y se cambió de número telefónico. Algún otro día les contaré esa historia. Es buena. Incluye un poodle, doce mamaderas (una de ellas llena de aceite lubricante para motores), una piedra en la calle, una higuera sin frutos, pasajes usados de metro y la obra musical completa de Pet Shop Boys.

Es así esta antigua forma de comunicación, usada hoy con el mismo fín: informar y entretener. Yo creo que estos bogs son una forma moderna de graffiti, por eso les pido que sigan escribiendo sus comentarios. Mal que mal, si puedo contar en G esta vez, quien me aseguró que se va a tranquilisar despues de la gonorrea que le pasó el novio de su novia (con la que infectó a 14 hamsters míos, y sospecho que a una monja falsa también), sus comentarios serán parte de la eternidad. Como yo.