miércoles, junio 01, 2005

las mariposas ciegas

Hay días en los que no tiene uno nada que decir. Hay días en los que la música lo dice todo y sobran las palabras y hasta los silencios. Hay días en los que las mariposas olvidan de que tienen ojos y chocan entre sí, y vuelan entrelazadas en carruseles, mil paisajes que las rodean que lo forma uno solo visto en mil formas.

Hoy la lluvia entrelaza mis pensamientos con todos aquellos pensamientos de niño, las batallas por el hámster valiente, el juego de monja muerta o te mato, la bolita de naftalina perdida, el colmillo del abuelo colgando en el culo de la vendedora de almíbar, el pan hongoso más grande gana... qué tiempos aquellos! Me acuerdo esa vez que fui donde esa señora que tenía su castillo frente con frente el de mi tío abuelo, el que inventó la Revolución Industrial, y le dije "si esto es Venecia le regalo un MP3 Player", claro como no entendió nada se armó la guerra y vivimos 500 años de miseria y desbondad que arrasó nuestros pueblos. Pero bueno, me entienden lo que quiero decir verdad? Que existen días en los que es mejor escuchar, y no hablar.

O de esa vez que tuve que ir a una entrevista en TVSilvania y me preguntaron que por qué no me veía en el espejo y les dije "qué?, nadie sabía que tengo limosina al frente de mi hogar?" y salí corriendo despavorido porque en realidad no me había peinado. Pero esa vez no tiene nada que ver con lo que estamos hablando, igual es chistoso. Era para decir que salí en la tele.

Y hoy vuelvo nada más a mis raíces, a las de debajo de la tierra, a mi ataúd extrañoso, a mi gota de sangre de peluche, a mi primer mordisco seco, mi primer colmillo debajo de la almohada (que se lo tragó un hámster y murió en el segundo.. qué gran premio!, gracias ma!).

La nostalgia no es tan mala después de todo. Vuelven los olores del alma, los primeros, los dulces y los aromas de nuestras vampirescas y subnormales familias...

Wiz.

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